Yo tuve un Jefe MALO
Cuando entré a la empresa todos me pusieron al tanto, era el demonio, y yo ni me dí cuenta porque me había tratado tan gentilmente que era difícil de creer.
Pero algo me decía que tenía que estar alerta y preparar mi speech, decidir qué negociaba y que no.
Entonces decidí que porque sea una simple recepcionista no me iba a dejar pisotear.
Cada día veía empleados de diferentes temperamentos sucumbir en su oficina, todos salían llorando, ufff...y yo me prometí que suceda lo que suceda NUNCA iba a llorar.
Entonces me tocó a mí, una mañana entré y Edward (nombre real) mandó a pedir que barriera la vereda de la calle. Algo bien simple. La señora del aseo no había venido y me mandaron a mí, pero yo, con mis 20 añitos intactos y mi orgullo por delante le dije que NO...
La furia se hizo oir!! a los gritos me llamó a su oficina y yo subí con un poco de miedo y un poco de valentía, no sabía lo que me esperaba pero "NO IBA A LLORAR"!
Él se destacaba por hacerte sentir miserable y a la vez desmerecía todo lo que uno podría haber hecho por la empresa, extrañamente era una persona de lo más simpática con los clientes así que yo sólo podía sorprenderme de ver semejantes cambios de humor tan de golpe...es un juego de poder, pensé...y NO VOY A CEDER.
Al entrar a la oficina se podía notar el ambiente de tensión, yo tragué saliva y entré con mucha entereza (conste que no estamos hablando de una guerra en Europa, sólo era salir a barrer la vereda, pero para todo era melodramático).
Me dijo: porqué no quieres ir a barrer la vereda?. Porque no es mi función, respondí. Y porque no es la manera de pedir las cosas, lamento que tenga que ponerse así, le costará el doble reponerse y si quiere que me vaya me voy ahora mismo pero yo no voy a barrer la vereda sólo porque Ud está gritando, o porque sea el dueño de la empresa, o porque le gusta que le cumplan los caprichitos de niño rico, yo estoy para atender a los clientes y eso haré hasta que me vaya.
Me dijo, ok. Me quedó claro. Y me dejó ir.
Yo salí sorprendida, le había dicho de todo y ni lo dejé hablar. Ni me imaginé que iba a tener este final. Él siguió igual con todos los demás pero conmigo siempre tuvo el mejor trato.
Es extraño, pero no le deseo a nadie pasar por estas situaciones, en mi vida corporativa, siendo mujer he tenido que lidiar con unos cuantos gritones pero siempre dije lo que era mi verdad y no me dejé manejar por ellos. He visto tanto hombres como mujeres perder su motivación, su autoestima en manos de estos seres despreciables.
Muchos empleados aguantan años este tipo de maltrato, gritos, desmerecimientos, frases hirientes, desprecio, indiferencia, todo esto hace mucho daño porque es un espiral descendente del que después de un tiempo no se puede salir ya que destruye poco a poco tu autoestima, tu fé en tí mismo, tu autocontrol, tu seguridad.
Si estás en una situación así, debes salir de inmediato. Eres demasiado valios@ para permitirlo.